24 de diciembre de 2013

Navidad opresora

24 y 25 de diciembre. Unos días cualquiera en la sucesión quasi infinita del devenir temporal. Unos días más en un calendario arbitrario (el gregoriano) que no pertenece a todes les habitantes del planeta, aunque el imperalismo cultural occidental está obligándonos más y más a regirnos por sus números indiferentes (2013) basados en acontecimientos más indiferentes todavía, extraídos de una obra pertenenciente al género de la literatura fantástica (La Biblia).
Mes del cambio del calendario
juliano al gregoriano

Pero no. 24 y 25 de diciembre. ¿Cómo van a ser días cualquiera? "Todo el mundo" sabe que es NAVIDAD. Es decir, unas fechas arbitrarias decididas en base a datos recreados por la imaginación de un monje hace unos 1500 años sobre el nacimiento de un ser insignificante (probablemente ni histórico) siguiendo otro calendario (el juliano) en el que hoy es 11 de diciembre. Es decir, que según los cálculos de ese monje hoy ni siquiera sería navidad si no fuera porque otro iluminado en ese sitio llamado Vaticano hizo cambiar aquel calendario hace algo más de 400 años, es decir, después de un milenio. Pero no solo eso, para más sinsentido la fecha de hoy hace referencia a un supuesto nacimiento que, hasta les que estudian ese libro como un documento histórico, creen que no tuvo lugar ni en diciembre ni en el año 1, sino unos 4 ó 6 antes en un día indeterminado de un mes cualquiera, ambos desconocidos.

Navidad. Concepto sin sentido desde cualquier punto de mira.

La navidad es una celebración
de un nacimiento religioso
Una fiesta religiosa reconstruida y reinventada a lo largo de dos milenios por una secta religiosa que ni es global ni lo ha sido nunca. Una celebración cristiana de un hecho que la mayor parte de les habitantes de este planeta no reconocen. Siguiendo un calendario que, aunque cada vez más expandido, no es el oficial ni en Arabia Saudí, ni en Etiopia, ni en Nepal, ni en Afganistán, ni en Irán, y que solo se usa parcialmente en sitios como Japón, India, Bangladesh, Israel, Sri Lanka, Burma/Myammar, Camboya, Tailandia, Corea del Norte y Taiwán. Vamos, por una enorme parte de la población mundial.

Si a esto añadimos la lista de creyentes de otras religiones y la lista de atees, por no incluir a les no practicantes cristianes, me parece a mí más bien que eso de que "todo el mundo" sabe y celebra que hoy es navidad no es más que otro cuento del imperialismo cristiano-occidental. Una cruzada más en versión moderna.

Pero olvidémonos pues del original (y todavía muy presente) significado religioso y de la arbitrariedad de la fecha. Centrémonos entonces en lo que esa navidad es: días de la estupidez colectiva sin par.

Días de consumismo y celebración del capitalismo más brutal. Días de devorar carne a gran escala. Matanza global, opresión de las demás especies animales, destrucción medioambiental. Días de comer cadáveres hasta vomitar mientras una enorme proporción de les humanes se van con hambre a dormir en tierras destrozadas por esa producción capitalista que llena las mesas occidentales. Días de comprar basura y generar basura. Días de endeudarse.

A ver si tenemos unas navidades compasivas
Días de promover y mantener esas ideas de la familia, las tradiciones, la nación. Ni todes tenemos ni entendemos lo que es una familia, ni todes queremos mantener las tradiciones, ni todes pasamos estos días del mismo modo. Pero en la imaginación colectiva estamos todites en nuestras familias nucleares, mintiendo a les niñes para que inspiren ese deseo capitalista bañado de fe religiosa y nacionalista, mientras bailamos o decoramos árboles asesinados, cantamos moralina religiosa y nos atiborramos de seres muertos antes de darnos objetos innecesarios empaquetados en productos creados por más seres muertos. Más que un nacimiento, parece que se celebra una matanza colectiva.


¿Por qué será que me felicitan el solsticio
en invierno y no el de verano o los equinocios?
Celebrar la navidad es reproducir opresión. No celebrar la navidad y hacerlo igualmente, es decir, no poder estar sole sin sentirse mal, comer algo especial, comprar objetos asociados a esta fecha, dar o aceptar regalos, intentar crear un ambiente más agradable estos días, caer en sensiblerías asociadas por les demás al espíritu navideño, juntarse con les amigues o la "familia elegida", felicitando el solsticio, etc., no cambia nada. Al contrario. Solo refuerza la opresión, mostrando que hay UNA navidad REAL y todas esas otras formas alternativas, que por el hecho de serlo, ya son definidas como LO OTRO.

Celebrar la navidad no es solo dejarse oprimir por las convenciones sociales. Es reforzar el sistema patriarcal, heterosexista, cissexista, de monogamia obligatoria, de relaciones diferenciadas entre familia y no familia, capitalista, imperialista, religioso cristiano, nacionalista, racista, clasista, capacitista... Es convertirse en opresore.

Con imágenes como "todes les europees/occidentales/daneses/españoles celebramos la navidad" se excluye a quien no lo hace. ¿No hay judíes en Occidente? ¿No hay atees en España? ¿No hay musulmanes en Dinamarca? Estas imágenes además son muy detalladas, porque hay que crear un sentido de unidad nacional, con lo que la navidad en Dinamarca tiene que incluir comer pato o cerdo y bailar alrededor del árbol cantando salmos, mientras que la navidad en España tiene que incluir otras tradiciones diferentes, pero que aparentemente son entendidas como igual de únicas. Y es que se busca crear un monoculturalismo, siempre carnivoro y capitalista. Se busca oprimir y excluir.
Juguetes para niños/juguetes para niñas

No olvidemos también la opresión que tiene lugar por medio de la construcción navideña del género de forma sexista, (ej.: la mujer hace la comida/sirve), cissexista (ej.: desde los objetos de regalo hasta lo que se viste o se come están divididos por género), heterosexista (ej.: la navidad es para les niñes que son el centro de una familia nuclear) y monógama (ej.: navidad real hay una hasta para las familias divorciadas).

Una cabra de regalo,
y el símbolo cristiano poco escondido.
El análisis puede seguir por horas. Nombrando como el capacitismo crea imágenes en las que todes podemos celebrar del mismo modo con cuerpos iguales. Nombrando como el racismo crea imágenes en las que les niñes negres (que son todes iguales) no tienen navidad y les blanques con buen corazón se regalan calendarios de UNICEF o simbólicas cabras en una postal que se transforman en cabras reales que van a una familia africana. Nombrando como el clasismo crea imágenes de personas en casas calientes con cenas igual de calientes que además son tan bondadosas que invitan a les mendigues a compartir sus lujos por una noche. Y un largo etcétera.
Lavado rosa de la asimilación LGBT
en la celebración navideña

Pensando todo esto, a mí lo que me hace falta entender es cómo es posible que mi entorno, lleno de gente LGBT, queer, no blanca, con ideas antinormativas... gente activista siga celebrando o no-celebrando-pero-celebrando este sistema de opresión. Por eso, casi cada año acabo sintiendo la necesidad de escribir en contra de esta fecha mientras mi alrededor se vuelve loque en su euforia opresora.


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